jueves, 2 de agosto de 2012

1er. ENCUENTRO LATINOAMERICANO de INVESTIGADORES SOBRE CUERPOS Y CORPORALIDADES EN LAS CULTURAS.
1 al 3 de agosto de 2012 Facultad de Humanidades y Artes,
Universidad Nacional de Rosario, Rosario, Argentina.

Resumen ...
Miércoles 1 de Agosto
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18.00: ACTO DE APERTURA, con autoridades la Fac. de Humanidades y Artes de la UNR y organizadores de la Red de Antropología de y desde los Cuerpos; y CONFERENCIA INAUGURAL, Prof. Thomas Csordas (Universidad de California -San Diego).
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Jueves 2 de Agosto
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18.00 a 20.00: PANEL DEL COMITÉ ACADÉMICO DEL ENCUENTRO: “Los estudios socio-antropológicos sobre cuerpos/corporalidades en América Latina” – Salón de Actos.
 Dr. José Bizerril (Centro Universitário de Brasília, Brasil), Dra. Silvia Citro (Universidad de Buenos Aires-CONICET, Argentina), Dra. Liuba Kogan (Universidad del Pacífico, Perú), Dra. Elsa Muñiz (Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, México).
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Viernes 3 de Agosto
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16.30 a 18.30: PERFORMANCE INTERVENCIÓN
 1°) “Felicitaciones” de Oramas Fonseca, Eduardo – Colombia (vinculada al GT 2 y al GT 7). En el Salón de Actos, duración 15 min.
2°) “Mi Cuerpo No es tu Campo de Batalla” del Colectivo NoSINmiPERMISO: Alejandra Castro, Carol Fernández, Inés Jáuregui, Analucía Riveros, Eliana Solórzano – Perú (vinculada al GT 4 y al GT 5). En el Patio, duración 15 min.
 3°) “Corporalidades Cotidianas – Violencias Desvanecidas” del grupo Las Disidentes: Adriana Raggi y Bruno Brezan – México (vinculada al GT 2 y al GT 9). Proyección de video en el Salón de Actos.



18.30 a 20.30: PERFORMANCE FINAL
Aurelia Chillemi, Gabriela Iuso y equipo de “Danza Comunitaria” 

domingo, 29 de julio de 2012

Danza comunitaria: baile con olor a pueblo.-



No hay condicionamientos físicos ni límites de edades. Tampoco estructuras fijas ni movimientos clásicos. El proyecto de Aurelia Chillemi busca romper con la rigidez “elitista” de la danza para dar lugar a obras y coreografías pensadas por todos. “Buscamos códigos propios”, afirma la impulsora de los talleres que se brindan todas las semanas en la fábrica recuperada Grissinópoli.


Por Laura Cabrera
Fotografía gentileza de "Bailarines Toda la Vida"

Buenos Aires, julio 20 (Agencia NAN-2012).- Todo comenzó en 2002, a partir de la presentación del proyecto “Bailarines toda la vida. Los espacios de desarrollo creativo mejoran la calidad de vida de las personas”, ideado por Aurelia Chillemi y presentado en el Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA) sin saber que, una vez aprobado y puesto en funcionamiento, el taller se convertiría en la primera experiencia abocada a la danza comunitaria en Argentina. Aquí no hay directores ni límites de edad. Tampoco se habla de “clases” sino de “encuentros”, momentos que transcurren todos los viernes por la tarde en la fábrica recuperada Grissinópoli, de Chacarita, en donde el lugar para la danza y el arte es entendido como un instante de coincidencia, reflexión y tolerancia con los otros.

Psicóloga y danzoterapeuta de profesión, Aurelia entiende al baile despojado de aquél aspecto elitista y selectivo con respecto a la estética del cuerpo perfecto y a los escenarios adecuados. Cualquier lugar y cualquier persona puede sumergirse en la danza. “Tener acceso al arte de la danza es un derecho social. Nuestros pueblos siempre bailaron”, asegura Chillermi sobre esta disciplina en la que reconoce beneficios múltiples: el fortalecimiento del espíritu, las mejoras en la salud física y el compromiso social que implica que profesionales, estudiantes, niños, padres y abuelos, puedan reunirse en un mismo espacio para romper el protocolo de los ensayos y los movimientos precisos.

Este último punto fue una de las principales motivaciones para poner la iniciativa en movimiento: la necesidad de crear redes sociales en espacios de lucha social y entender a los talleres no como lugares específicamente para la formación de bailarines profesionales sino de futuros coreógrafos o investigadores que expandan el concepto de danza comunitaria, idea que fue mutando hasta tomar vida propia, a partir de la idea de Chillemi.

Su creadora dialogó con Agencia NaN y explicó de qué se trata este fenómeno aún en crecimiento, originado por la disconformidad que generó aquel 2002 cargado de violencia y desunión, cuando para algunos, como ella, el arte se erigió como una herramienta de transformación social.

--¿Qué es lo que empuja al brote de la danza comunitaria?
-- La primera idea fue la de hacer un elenco integrado y abierto a la comunidad que luego fue tomando forma propia. La danza comunitaria pasó a ser aquella que se realizaba en un espacio no convencional, no es lo mismo bailar en un estudio que en una fábrica recuperada. Además acá pueden participar niños, adultos y adultos mayores, no importa si saben bailar o no. Pero dentro de esta idea de creación colectiva también hay un objetivo claro, que es el de presentar una obra pensada por todos, acá no hay un coreógrafo que propone una obra o movimientos. Surge todo a partir de consignas de trabajo pero despegándose del lenguaje codificado de la danza, hecho que permite la búsqueda de los códigos propios a partir de los movimientos de cada intérprete, lo que genera un mayor compromiso y conexión por parte de los integrantes.

--¿Qué diferencias existen con la danza convencional?
-- Acá se trabaja a partir de un elenco móvil, esto significa que todos aprenden todos los roles. Nosotros creamos a través de ideas o disparadores que tienen que ver con los derechos humanos y la tolerancia. A partir de estos temas comenzamos a improvisar en los ensayos, de acuerdo a lo que cada uno propone. De manera que la creación de las coreografías es algo que sale de todos. Lo mismo pasa con la música, en cada ensayo nos acompaña Osvaldo Aguilar, un músico que improvisa mientras nosotros bailamos, por lo que el proceso creativo también tiene que ver con lo que se quiere decir desde el sonido. Pero más allá de que no haya quién diga cómo se debe bailar, esto no significa que no tenga una estructura. Nuestro trabajo presenta cierta plasticidad en los ensayos pero a la hora de llevar la puesta en escena tenemos una estructura y la misma responsabilidad que tienen los bailarines profesionales. El hecho de que muchos lleguen sin saber bailar y de que otros no asistan a todos los encuentros no es un condicionamiento.

--Esta idea de “elenco móvil” ¿presenta o presentó en algún momento dificultades a la hora de llevar adelante un ensayo?
--Al principio fue difícil porque no estaba acostumbrada a coordinar grupos con estas características, sentía que cada ensayo era como volver a empezar porque un viernes iban 30 personas y al otro viernes de esas volvían 10 y las otras 20 eran nuevas. Me encontraba con mi propio enojo porque pensaba que la gente no se responsabilizaba. También me encontraba con el enojo de los chicos que sí estudiaban danza en otro lugar, porque ellos también tenían esa idea de la estructura. En una charla, ante las quejas, les dije “ustedes tienen que pensar que esto no es solamente un elenco de danza, esto es un proyecto social”. Cuando se los dije, eso me tranquilizó muchísimo. Entonces entiendo que esto es un elenco que tiene una estructura en escena, pero también tiene la plasticidad para entender que si alguien viene es porque realmente lo desea y si en algún momento no puede venir por algún problema, eso no merece castigo. La gente llega acá porque lo necesita, porque le hace bien. Entonces los códigos nos son los que tiene un elenco convencional en donde las responsabilidades son otras. Hay una ventanita que se llama comprensión frente a lo que le pasa al otro.

--Además de estas características, “Bailarines toda la vida” se presenta como otro modo de encarar las cuestiones estéticas. ¿A qué se refiere con esto?
--Tiene que ver con terminar con ese aspecto tan elitista que a veces contiene la danza a la que se le contrapone la inclusión, concepto con el que nos movilizamos desde este espacio. Siempre se pensó que el baile es para personas con un físico determinado, con flexibilidad y capacidades exclusivas. Suele pensarse que si no cumplís con esas condiciones, vos elegiste a la danza pero ella no te eligió a vos. Yo pienso que cualquier persona puede acercarse a esta disciplina porque la danza es un derecho al que todos los ciudadanos debemos acceder, tener acceso al arte de la danza es un derecho social porque los pueblos siempre danzaron, esto hace bien al cuerpo y al alma. Soy conocedora de los beneficios que genera el baile porque soy psicóloga y danzoterapeuta, actividades que me llevaron a inclinarme por un proyecto pensado desde la prevención de enfermedades por lo que el arte aporta a la salud. Trabajamos por el cuerpo, donde están contenidas nuestras emociones y nuestro mundo interno.

--¿Qué implica ensayar en una fábrica que contiene una importante carga social por haber sido recuperada por sus trabajadores?
--Es un espacio no convencional. La idea de trabajar dentro de un lugar que fue recuperado también genera en el que asiste cierta movilización por cuestiones que tienen que ver con lo que nos pasa como colectivo, de no ser así, nunca se acercaría y mucho menos pensaría en bailar con alguien que no sabe hacerlo en forma profesional. Lo cierto es que al que viene se le abre la cabeza. Algunos llegan por curiosidad, como los bailarines profesionales y estudiantes de danza que terminan enamorándose del contexto distinto desde donde se encara y determina la obra. Recuerdo que cuando empezaron los talleres, en plena movilización social, una mujer llegó a la fábrica por comentario de una amiga. Vino para saber de qué se trataba. Al finalizar la clase me contó que le parecía mentira estar bailando en una fábrica y que se había dado cuenta de lo diferente que puede ser una problemática social como la desunión o, como contrapartida, la unión y la lucha de quienes recuperan una fábrica y generan redes sociales para la reflexión y la transformación a través de expresiones artísticas. Eso es lo interesante de la danza en una fábrica, la posibilidad de generar conciencia social.

--El grupo se caracteriza por interpretar obras propias relacionadas a los derechos humanos y la inclusión ¿qué temáticas específicas trataron?
--La mayoría tienen que ver con injusticias sociales, con hechos de violencia que marcaron la historia y que aún hoy se siguen viendo en menor medida o de otras formas a partir del abuso de poder. Tenemos una obra a la que llamamos “La Oscuridad”, un homenaje a los desaparecidos durante la última dictadura militar en Argentina. Otra es “El Baile”, una representación en donde se refleja el maltrato hacia los conscriptos a quienes se les hacía el “baile” como técnica de castigo, situaciones muy crueles en donde se les exigía más de lo que podían. Desde que se conoció la muerte del soldado Carrasco, el servicio militar dejó de ser obligatorio pero la violencia se sigue ejerciendo y es eso lo que mostramos. También tenemos una obra como “Y el mar”, dedicada a los familiares de los desaparecidos. De esta pieza hicimos una videodanza para la semana del 21 al 25 de marzo. La realizamos en el Partido de la Costa porque consideré que ése era el escenario natural que tenía que tener. Fue en el mar en donde aparecieron los cuerpos de las monjas francesas, de Azucena Villaflor y de otros tantos activistas que fueron torturados durante los denominados “vuelos de la muerte”.

--¿Cómo reacciona el público frente al contenido emocional de las obras?
--Yo pienso que la persona que va a ver un espectáculo de danza comunitaria tiene alguna inquietud en relación con lo social. Nos vieron muchos maestros de danza que se quedaron maravillados con nuestro trabajo. La gente se conmueve mucho y en muchos casos preguntan si pueden participar. Igualmente, nosotros en cada encuentro damos un momento para la reflexión y el intercambio por todo lo que moviliza hablar sobre esto, de manera que no resulte chocante el encontronazo con esa realidad, ya que los espectáculos son vistos por niños, sus padres y sus abuelos. Aquí se juntan todas las edades, por eso hay que pensar en cómo expresar lo que queremos transmitir.

--Ahí es donde su produce esa red social que se intenta construir…
--Sí. Lamentablemente niños y adultos viven muy aislados. Hay mucho trabajo en la computadora y en lugares muy pequeños. Tener un espacio en donde estemos todos en movimiento y en donde el foco se pone en la posibilidad de comunicarse y encontrarse nos da la posibilidad de beneficiar nuestra salud emocional, espiritual y social. Por eso creo que tenemos que hacer un gran esfuerzo para sostenerlo y para que se multiplique el proyecto. Sería muy importante que se puedan coordinar más grupos (actualmente hay uno en Tolosa, otro en Catamarca y otro en Salta) para que esto sea una cátedra abierta en la universidad. De esa forma, todos podrán cursar la materia “danza comunitaria” y encontrarse con personas con las mismas inquietudes que quieran abrir otros espacios, porque por ahora somos pocos.   

miércoles, 11 de julio de 2012

ENCUENTRO INTERNACIONAL EN AZUL


ENCUENTRO INTERNACIONAL DE
DANZA CONTEMPORANEA, INTEGRADA Y COMUNITARIA


LA MUNICIPALIDAD DE AZUL INVITA A ESTE EVENTO QUE APOYA EL CRECIMIENTO DE LA DANZA EMERGENTE Y FOMENTA LA CREACIÓN DE PÚBLICO CON EL FIN DE FORTALECER ESTA RAMA DEL ARTE EN LA REGIÓN. ESTARÁ ENFOCADO A LA DANZA CONTEMPORÁNEA, DANZA INTEGRADA, DANZA COMUNITARIA Y DANZA-TEATRO A NIVEL NACIONAL E INTERNACIONAL. SE DICTARÁN TALLERES GRATUITOS CON ENFOQUE SOCIAL DE DANZA COMUNITARIA A CARGO DE AURELIA CHILLEMI, DANZA CONTEMPORANEA A CARGO DE IÑAKI URLEZAGA, DANZATERAPIA A CARGO DE MARÍA FUX; DANZA INTEGRADA A CARGO DE SUSANA GONZALEZ GONZ Y TALLERES INTENSIVOS A CARGO DE THUSNELDA MERCY, CLÉMENTINE DELUY Y DAMIANO OTTAVIO BIGI PROVENIENTES DE WUPPERTAL, ALEMANIA.


TALLERES INTENSIVOS - CLASES MAGISTRALES
Miércoles 18 al sábado 28 de Julio 2012
Azul, Provincia de Buenos Aires, República Argentina

Organizan:
Municipalidad de Azul
Secretaría de Cultura y Educación
Secretaria de Salud y Desarrollo Social
Coordinación de Discapacidad y Tercera Edad

Auspician
UNICEN
Facultad de Derecho, Azul
GOETHE–INSTITUT

INFORMES Y CONTACTO
Blog: www.inviernodanzaazul.blogspot.com.ar
Mail: inviernodanzaazul@gmail.com




SOBRE EL ENCUENTRO INTERNACIONAL DE DANZA EN AZUL
Tras el exitoso encuentro de Talleres de Danza, las actividades culturales complementarias y la gala de cierre del año pasado, que reunió Azul con Wuppertal, Alemania, el Municipio de Azul, desde la Secretaría de Cultura y Educación ha decidido reunir acciones y voluntades junto a la Secretaria de Salud y de Salud, Coordinación de Discapacidad y Tercera Edad, la Facultad de Derecho con sede en Azul, pertenecientes a la Universidad Nacional del Centro; y junto a la estrecha colaboración del Goethe-Institut; ofrecen una novedosa programación para las vacaciones de invierno, que se suma a las actividades proyectadas para esta época del año por el Municipio de Azul, destinadas tanto a la recreación y el turismo, como para la generación de espacios de encuentro y capacitación para formadores y especialistas, referidos a diversos campos de la cultura y el arte.
Es así, que en esta acción mancomunada, para Julio del 2012, se ha concertado un encuentro que consistirá, entre múltiples actividades destinadas a todos los segmentos de la ciudadanía, en la organización de un programa especial, destinado a la danza contemporánea, danza integrada, y danza comunitaria.

PROGRAMACIÓN DE TALLERES Y ESPECTACULOS. JULIO 2012
VIERNES 20:
Danza Comunitaria, Aurelia Chillemi –Talleres intensivos- Gratuito
10.00 a 11.30 hs y 14.00 a 15.30 hs
Salón CEDA Rauch 629
16.00 hs. Amigos de la Danza Comunitaria con Aurelia Chillemi
Plaza Central Gral. San Martin

JUEVES 26:
20.00 hs. Espectáculo: “Zruit” Grupo Expreso Mudanza Danza Contemporánea Dirección: Paula Rodríguez
“El Faro” Compañía de Danza Mitimaes Dirección: Facundo Mercado
“5-relato” Cecilia Levantesi Dirección: Cecilia Levantesi
“Nada y yo” y “A los niños del Hambre” Grupo de Expresion de Buenos Aires. Dirección: Aurelia Chillemi
Complejo Cultural “Gral. San Martin” H. Irigoyen 472

domingo, 1 de julio de 2012

Encuentro Nacional de Talleristas Populares e Independientes ENTAPI
Sábado 7 y Domingo 8 de Julio en el IMPA




Taller de Danza COMUNITARIA
Sábado 07 de Julio de 15y30 a 17hs.
Bailarines Toda la VIDA
Aurelia Chillemi y Osvaldo Aguilar










Información al correo: encuentronacionalentapi@gmail.com


lunes, 11 de junio de 2012

IUNA - 1a Jornada DMT el 23 de Junio 2011












La 1ª jornada sobre Danza Movimiento Terapia, organizada por el IUNA, dejó valiosos testimonios sobre tres líneas de investigación en la materia. Una buena manera de empezar a descubrir cómo el trabajo con el cuerpo puede mejorar la calidad de vida en diferentes ámbitos y circunstancias.

Aunque atractiva, la consigna sonaba pretenciosa y hasta algo críptica a los oídos del no iniciado: “Danza y salud, superando la escisión moderna”. Pero valió la pena madrugar un sábado para interiorizarse en los alcances de una disciplina relativamente nueva pero, por lo escuchado, llamativamente poderosa para el tratamiento de diferentes patologías, discapacidades y situaciones traumáticas, así como para el mejoramiento de la calidad de vida de los adultos en general.

La primera Jornada Universitaria sobre Danza Movimiento Terapia (DMT) se llevó a cabo el 28 de mayo último en una de las sedes del Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA), cuyo Departamento de Artes del Movimiento fue el responsable de organizar el encuentro. Un auditorio numeroso, compuesto en un 90% por mujeres, escuchó atento las exposiciones de la mañana y participó, en alta proporción, de los talleres brindados por la tarde. Todo en un amplio y luminoso salón ubicado en el segundo piso del edificio que el IUNA tiene en Bartolomé Mitre 1869 de la CABA.

“Es un área muy niña respecto de las determinaciones que supone un campo disciplinar, profesional, científico y académico”, admitió en sus primeras palabras la licenciada Marcela Bottinelli, directora de la Maestría en Danza Movimiento Terapia (DMT) del IUNA. “Nuestro posgrado busca no sólo una formación personal de los profesionales sino también construir ese campo de conocimiento, fundamentado en nociones validadas”, explicó.

A manera de introducción a las disertaciones de la mañana, Bottinelli contó que cuando desde la maestría se propusieron trabajar en la acreditación de fundamentos científicos para la DMT surgió el doble desafío de estimular la producción escrita, por un lado, y construir el campo disciplinar, por otro. “Para responder a esas necesidades implementamos líneas de investigación como parte del último tramo de la cursada obligatoria para los alumnos de la maestría. De los proyectos de investigación que se presentaron a un concurso, seleccionamos las tres líneas que nos parecieron más interesantes, que son las que se van a exponer a continuación”.

En un pasaje Bottinelli también se refirió a las dificultades que enfrenta la DMT en su camino de validación de conocimientos. “Al pensar la interacción entre arte, ciencia y salud, se mantienen visiones tradicionales de escisión entre mente y cuerpo. Eso complica el trabajo de todos los que pretendemos construir conocimiento desde otra perspectiva, o sea no en la tradición positivista, de ciencia única y objetiva, sino en las posibilidades de cualquier campo de conocimientos y prácticas, siempre que siga parámetros de validación científica”.

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3ª línea. Recuperar el movimiento

Bajo el título de “Aplicación de DMT en el espacio público comunitario”, expusieron por último Aurelia Chillemi y Norma Alcaide, quienes como facilitadoras vienen llevando adelante desde 2002 un espacio de creación coreográfica en Grissinopoli, una fábrica recuperada por sus obreros en el barrio porteño de Chacarita.

Además de danzaterapeuta, Chillemi es bailarina, coreógrafa, docente, psicoanalista y licenciada en Artes del Movimiento. Alcaide, en tanto, es licenciada en Ciencias de la Educación, profesora de grado y posgrado en el IUNA y, como Chillemi, investigadora en danza comunitaria.

“Es un proyecto de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, considerando que los espacios de desarrollo creativo mejoran la calidad de vida de las personas”, justificó Chillemi a poco de empezar a hablar.

En ese camino, el lugar físico donde se desarrollan las sesiones de DMT es clave para entender sus peculiaridades. “No es lo mismo crear en un estudio de danza que en un espacio no convencional. Creo que eso tiene mucho que ver con el hecho de que la mayoría de las obras que produjimos se refieren a los derechos humanos. Los atravesamientos socio-institucionales provocan efectos singulares en la producción de subjetividad de los integrantes del elenco. Se rompe con el individualismo y con las reglas estereotipadas de género, al tiempo que se fortalece la noción de comunidad”, sostuvo Chillemi, quien hace ya tres décadas que viene organizando grupos de danzaterapia.

Según contó, el grupo está compuesto por un total de 60 personas de todas las edades –de 5 a 84 años–, con entrada y salida permanente de gente. “Como nunca vienen todos, trabajamos con un promedio de 30 personas en cada reunión”, aclaró.

Otro rasgo distintivo del taller de DMT que dan Chillemi y Alcaide es que, entre sus objetivos, está el montaje de una obra coreográfica. “La obra es algo muy convocante –aseguró Chillemi–, es un espacio que permite la proyección de los contenidos del mundo interno. Esto facilita la elaboración de situaciones de duelo”.

En cuanto a las actividades concretas que proponen en el taller de Grissinopoli, contó: “Trabajamos mucho con ejercicios de tacto, contacto, entrega de peso, reconocer el código del compañero, encontrar un código de comunicación no desde la palabra sino desde el movimiento. A partir de consignas que van desde el autoconocimiento, hasta los dúos, los cuartetos, los octetos y grupos mayores, llegamos a verdaderos diseños coreográficos desde un acuerdo tácito. La experiencia modifica muchísimo y es muy modificada por el contexto”.
Por otro lado, así como los viernes realizan las prácticas de DMT, los lunes se juntan con los alumnos para reflexionar sobre la evolución del trabajo.

Al argumentar en favor de la DMT, Chillemi observó: “La actual mecanización nos lleva a tener los cuerpos cada vez más quietos, carentes de sensibilidad, con mayor coraza y tensiones corporales. Por eso, en nuestro taller tratamos de llevar la noción de cuerpo utilitario a una de cuerpo senso-perceptivo. Hacemos mucho énfasis en la comunicación, las consignas tienden al encuentro con el otro”.

Respecto a la metodología, Alcaide fue breve: “La nuestra es una investigación de carácter cualitativo. El conocimiento es subjetivo y surge a partir del diálogo. Un diálogo que no tiene un carácter unívoco. Las reglas de este proceso son el resultado de compartir significados e interpretaciones sobre la realidad entre todos”.

Tras lo cual, acotó: “Además de la investigación cualitativa, hacemos entrevistas, análisis interpretativo desde la antropología del cuerpo, desde el pensamiento filosófico político contemporáneo y desde el psicoanálisis”.

“El nuestro no es un grupo de DMT. Tampoco es un taller de danza. Es un elenco –aclaró Chillemi sobre el final de su exposición–. Vienen tanto alumnos del IUNA de diferentes carreras como bailarines profesionales, trabajadores de la fábrica y vecinos que se acercan por primera vez a la danza. Por eso decimos que es la danza al alcance de todos. Hay mucha gente que se autodenomina ‘patadura’. Pero es maravilloso cómo se pueden descubrir capacidades ocultas cuando se da el espacio para descubrirlas”.



Publicación completa en http://www.melografias.com.ar/2011/06/movimientos-que-curan.html

sábado, 18 de febrero de 2012

Danza Comunitaria en La Costa






Artículo del 9 de Febrero 2012
Danza Comunitaria en La Costa

El día lunes 6 de febrero en el polideportivo de la Asociación de Fomento de San Bernardo, la profesora Aurelia Chillemi, presentó para la comunidad y el turismo, la novedosa técnica de Danza Comunitaria, destinada a todas las edades y sexos. Danza para la alegría, comunicarnos, reconocernos y para mantener la memoria. En una breve entrevista con la profesora Aurelia Chillemi, nos expolicó como nació el “Proyecto Danza Comunitaria”.

¿Dónde nace este  proyecto que hoy se presenta en San Bernardo? 
La fábrica “Grisinópolis”, como la mayoría de las fábricas recuperadas, ofrece parte de sus instalaciones para desarrollar un espacio cultural. Allí nace el proyecto de Danza Comunitaria conformándose  el elenco “Bailarines toda la vida” abierto a toda la comunidad todos los viernes desde las 18 hs.
¿Quiénes colaboran en este proyecto?
Además de la comisión directiva de la fábrica que ofrece el espacio, los alumnos del grupo de Expresión Corporal del IUNA (Instituto Universitario Nacional de Arte) del último año, colaboran como parte de sus prácticas , formando además  parte del elenco junto con los vecinos de la fábrica. 
Sabemos que generaron material audiovisual ¿Tienen algún proyecto en agenda?
Nuestras obras tienen relación con los DDHH, derecho a la educación, a la alimentación, al arte, etc… el último Video Danza, estuvo ligado al atropello de los DDHH en la dictadura militar, tuvo varias menciones en festivales, se llama “La oscuridad”. 
¿Tienen algún otro proyecto en agenda?
Hace dos años que tenemos listo el guión para un nuevo proyecto de Video Danza en un escenario natural dedicado a familiares de desaparecidos que se llama “Y el mar” y como conocemos a familiares que vienen a conmemorar el 24 de Marzo en Santa Teresita, invitados por la Comisión de la Memoria, la idea original es hacerlo acá en el Pdo. de La Costa, donde aparecieron los cuerpos de las madres y las monjas francesas. 
¿En qué puede colaborar la comunidad del Pdo. de La Costa con este proyecto?
La idea de presentarnos en varias localidades, además de darnos a conocer, es para dejar grupos conformados que luego puedan seguir desarrollando esta innovadora técnica.
Y por supuesto el desafío, es que los vecinos sean parte del video….
Sí, además tendríamos que realizar la gestión de ayuda y permisos al Municipio, porque el video necesita de imágenes desde el aire y desde el mar a la playa.
¿Cuentan con acompañamiento a nivel provincial? 
Sí, el Secretario de Cultura de la Pcia. de Buenos Aires, Juan Carlos Dánico, ha apoyado nuestro trabajo desde el inicio del proyecto, así que seguramente nos acompañará en la gestión para el traslado y hospedaje de las 60 personas que conforman el elenco estable y equipo técnico, por los 5 días que dura aproximadamente la filmación.
¿Recibe acompañamiento local?
Debo agradecer a las profesoras de danzas Miriam Rosconi, Teresita Cuoco, Claudia Collinet y Hanna Lazarte, que son las que han conseguido los espacios y convocado boca a boca para estas jornadas. 
¿Se puede decir que Danza comunitaria es danza para comunicarnos, reconocernos, para la vida? 
Has participado de la clase y observado la camaradería que se generó con personas que no se conocían hasta hace una hora, imaginen este trabajo sostenido en el tiempo, hemos tenido resultados maravillosos. El concepto que nos guía, es la danza como derecho social,  modo de expresión humana que mejora las condiciones de vida y construye puentes generacionales, por eso decimos que contribuye a la inclusión. Llegar a la puesta en escena, pasa a ser un logro colectivo por eso decimos que es un proyecto artístico social.
¿Cuándo podemos volver a disfrutar de estos encuentros en La Costa? 
Volveremos a estar el Jueves 9 de febrero, de 19 a 21hs, en el Polideportivo de la Asociación de Fomento de San Bernardo, en la calle La Rioja 2740. El viernes 10 de febrero, también de 19 a 21 hs, visitaremos Santa Teresita, en la calle Entre Ríos 474 y Club Golf.  Es importante destacar que la actividad no requiere conocimiento previo, es completamente gratuita. Solo necesitan traer ropa cómoda.

* Danza Comunitaria: Proyecto y Dirección Aurelia Chillemi, profesora y directora artística Danza Comunitaria I.U.N.A, bailarina, coreógrafa y danza terapeuta.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Bailarina a todas luces





RELATOS
BAILARINA A TODAS LUCES
La genial bailarina y coreógrafa Iris Scaccheri, actualmente retirada, recibió un merecido reconocimiento gracias a la publicación del libro Brindis a la danza (Ed. Leviatan), que ofrece una selección de textos de la artista, acompañados por las fotos que le tomó la poeta Susana Thénon a lo largo de siete años. La vida y la obra de Scaccheri se entrelazan y retroalimentan en capítulos que reflejan sus ritmos, su respiración y sus vivencias profundas.
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Por Moira Soto
Iris golpeó la tierra con una larga vara blanca
Y subió por su propia cabellera.
El espacio giró a su alrededor.
El espacio era un ser de infinitas dimensiones
Que despertaba y baila a su conjuro.
Entonces comprendí que me había encontrado con la danza (...)
Este poema de Susana Thénon precede el primer texto –Cuando el cuerpo habla con una frase– del libro Brindis a la danza, firmado por Iris Scaccheri, la portentosa bailarina y coreógrafa platense que debutara en los ’60, imantando durante décadas escenarios locales y del exterior, principalmente de Europa, bailándose las músicas más diversas, de barrocas a contemporáneas, de variados folklores a rock, también poemas ajenos y propios. Entre sus numerosas creaciones, vale citar Extranjeros I y II en sus fulgurantes comienzos, Carmina Burana, Oye humanidad (en sus distintas entregas), Los locos idilios de una mujer en un palco dorado, La muñeca, Las primaveras de Nijinsky, entre otros tantos. Iris, acertada portadora de ese nombre de la mitología que remite a la mensajera de los dioses y que simboliza la unión del cielo y de la tierra, a menudo representada con alas y con un ligero velo, dejó su impronta en la danza más allá de envidias, omisiones y reticencias.
La edición de Brindis a la danza engalanada con las admirables fotos de Susana Thénon (que ilustran esta nota) estuvo a cargo de Aurelia Chillemi, bailarina, coreógrafa, psicóloga, presidenta del Centro de Investigación y Experimentación de la Danza, amiga de Scaccheri desde hace mucho tiempo: “Mi gran compañera de ruta apoya el proyecto de extensión del IUNA en el que estoy tan comprometida, con la idea de abrir la universidad a la comunidad, que se haga efectivo el derecho al arte, a la danza”. El fruto de esta iniciativa de Aurelia se concreta actualmente en la labor de dos elencos, el Grupo Expresión de Buenos Aires (integrado por bailarines del Departamento Artes del Movimiento del IUNA) y Bailarines toda la Vida (primer elenco de danza comunitaria que reúne a profesores, bailarines, estudiantes y vecinos de toda edad). Hoy y el próximo viernes a las 20.30, en Olleros 3640, culminan las funciones que vienen brindando Expresión y Bailarines, donde se presentan las obras A los niños del hambre, La dama de los vientos, La oscuridad (dedicada a los desaparecidos durante la dictadura) y ... Y el mar (homenaje solidario a los familiares y amigos de los desaparecidos). El taller abierto y gratuito en la fábrica recuperada Grissinópoli, que dirige Aurelia Chillemi, funciona los viernes de 18 a 21, en Charlone 55.
Estos proyectos que creaste y sostenes a través de los años con resultados tan estimulantes ¿le deben algo a Iris Scaccheri en su ética y en su estética?
–Seguramente que sí, porque toda su vida Iris irradió mensajes humanistas muy fuertes. Por sobre todo, le debo a ella su apoyo incondicional. No soy una artista de cartel, estoy siempre en espacios no convencionales y me siento muy respaldada por la presencia constante de Iris en todo lo que voy armando. Alguna vez me dijo que era su amiga en la danza porque sentía que estaba con ella sin copiarla. Nos une una amistad verdadera, me dio algunas de sus obras en las que fui bailarina, un enorme privilegio para mí. Iris está retirada, no se muestra, pero pensante y lúcida como siempre. Nos encontramos semanalmente, conversamos.
¿Cómo llegas a realizar la edición de Brindis a la danza?
–Iris ha reflexionado mucho sobre sus obras, a veces escribiendo. Me leía algunos de sus textos, prosa poética bellísima que anotaba en cuadernos, me contaba historias de su familia, de su vida. Le pedí permiso para tomar apuntes y empezamos a hablar de la posibilidad de hacer un libro. Me prestó sus cuadernos para fotocopiarlos y cuando empiezo a leerlos compruebo que muchos de los relatos de los que yo había tomado nota, ya estaban allí. En consecuencia, mi trabajo fue muy modesto: pasar a la computadora todo ese material, compararlo con mis anotaciones, organizarlo. En realidad, la selección la hizo Iris, con una colaboración mía.
DANZA DE RIESGO
Se trata de un libro que, debido a la escritura nada convencional de Iris y a las fotos impresionantes de Susana Thénon –que parecen salirse de cada página– tiene una singular plasticidad, un movimiento propio.
–Yo también lo creo así. Por eso me pareció que había cosas que no debían ser corregidas, porque correspondían a algo que me dijo ella cierta vez: “Yo escribo como bailo”. Y realmente quedó un libro escrito danzado, con la movilidad y la frescura del arte de Iris. Cuando empezó a mostrar sus obras, ella rompió con estilos, con el gusto de su época, con muchas convenciones, lo que le generó cantidad de amores, mucha admiración, y también gran resistencia de parte de gente –incluso grandes maestros– que no soportaba su trabajo.
¿Quizá porque ella pasó fronteras sin pedir permiso, cortándose sola? En estos últimos años, la danza parece acordarse poco de ella.
–Efectivamente, Iris fue una artista muy solitaria durante mucho tiempo. Dio cursos y conferencias, pero no se formó una escuela. En Prodanza se organizó un homenaje hace pocos años, pero en general no hay suficiente reconocimiento. Por eso ella está viviendo la publicación del libro con alegría y cierta sorpresa. Creo que en la formación académica sería justo resaltar los valores de su figura. Hay gente que da Historia de la Danza y no la incluye, entonces me parece un acontecimiento que en la presentación del libro, el martes pasado en la Sala Lugones del San Martín, se haya exhibido el documental de 35 minutos de Julio Otero Mancini, a quien le he pedido una copia para que esté en la biblioteca del IUNA. Porque hay bailarines jóvenes que no saben de la existencia de Iris, de su paso transformador por la danza, de sus momentos de gloria acá y en el exterior. Esta película tiene imágenes de ella al aire libre, algunos ensayos experimentales, también fragmentos de sus obras. Otero Mancini tiene otros materiales que probablemente den para un largometraje: la idea es presentarlo más adelante, acompañado de galería de fotos, primeramente en La Plata. También están las películas que dirigió la cineasta sueca Suzanne Osten. Sería perfecto que esta muestra se haga en el Teatro Argentino, luego en Buenos Aires.
Además de originalidad y audacia, en sus actuaciones se traslucía un denodado entrenamiento.
–Es que ella era una auténtica virtuosa. Trabajó desde muy chica en el Argentino de La Plata. Se metía en todas las clases, entrenaba mucho. Cuando vino la gran Dore Hoyer de Alemania, la visualizó pronto a Iris, que pasó a ser su artista solista, especialmente con la obra La idea. Sí, el nivel de técnica, equilibrio, resistencia de Iris era extraordinario.
¿Cómo retratarías a Iris Scaccheri en pocas pinceladas?
–El concepto que me surge en primer lugar es: honestidad desde su arte. Ella era siempre ella, absolutamente verdadera, y sigue siéndolo. Todos esos aspectos que mencionamos –creatividad, capacidad de despliegue técnico– convergen en ella junto con su honestidad.
¿Ese rasgo garantizaba su libertad extrema como coreógrafa y bailarina?
–Justamente, esa gran libertad a veces le ha hecho elegir cosas que no eran convenientes para ella, nada más que por ser fiel a sí misma. Así fue que en ocasiones quedó como que era orgullosa o altanera: nada más lejos de la verdad. Pero fue el precio de elegir sin condicionamientos qué hacía, cuándo lo hacía y con quién. Esa libertad era parte del riesgo que Iris asumió plenamente y que le trajo algunos problemas con gente de la danza. Porque ella tomó todos los riesgos, no se privó de nada. Ella confiesa que ha danzado como necesitaba, como creía que debía hacerlo.
Dentro de esa amplitud de miras que la caracterizaba hay que incluir los recursos sonoros que usaba, músicas de todo el mundo, de todas las épocas, sus propios textos dichos por ella.
–También el canto de los gorriones, como cuenta en el libro. Ella tuvo siempre esa mirada sumamente abierta, lo que resultó muy revolucionario en su momento. La obra que Iris bailó en Alemania y que luego yo repuse, Idilios, tiene como fondo sonoro un texto suyo muy hermoso que está para ser publicado. Cuando yo ensayaba esa obra, primero lo hacía con ella hablándome en vivo, pero me llevaba un grabadorcito para seguir trabajando en mi casa. Se aproximaba la función y me hacía falta un CD con la voz de Iris. Entonces, mi amigo Osvaldo Aguilar –músico, compositor– que está conmigo en el proyecto de Arte Comunitario, se fue con su equipo a la casa de Iris. Ella nos recibió vestida de largo, peinada con su moño, como si se tratara de una verdadera función. Y así, como si estuviese en escena, grabamos el disco de Idilios: si algo se trababa, ella lo incorporaba como parte del texto, sin correcciones.
Iris tenía una relación muy estrecha con las artes en general, con escritores, pintores, escultores contemporáneos. Por ejemplo, también, como ella dice, mantenía conversaciones mentales con artistas de otras épocas, como Cézanne.
–Ella tenía ese intercambio activo, sí. Muchos artistas se sintieron atraídos por su danza, la reconocían, se armaba esta combinatoria tan buena. A su vez, ella fue fuente de inspiración: la pintaron, la fotografiaron, la filmaron, la esculpieron. Hubo ese ida y vuelta. En este libro, Brindis a la danza, se comprueba cómo en sus historias de vida hay situaciones, imágenes muy intensas que ella después sublimó y llevó a la danza. Es muy importante que Iris vuelva a estar vigente porque se lo merece muchísimo. Y porque los homenajes hay que hacerlos en vida.
En el caso de Iris Scaccheri, las estrellas parecen alinearse, ya que nace y se cría dentro de una familia de artistas, donde su talento fue alentado, encontró un terreno fértil.
–Es cierto. Desde muy chica, el papá la llevaba a aprender danza en el teatro y aceptaba el deseo de la niña de seguir bailando un rato más, le traía la merienda. El siempre fue tolerante, indulgente con las escapadas de la escuela de Iris, con sus berrinches. Ella tiene un recuerdo muy lindo de este papá violinista tan apacible y contenedor. Yo la seguí mucho, la sentía como mi maestra en el escenario, antes de tomar contacto más personal con ella. Y recuerdo que veía a su familia en el teatro, mucha presencia en sus funciones.
¿Señalarías un enfoque de género en la obra de Iris?
–Ella hace en muchas oportunidades una denuncia que tiene que ver con la opresión de las mujeres. Particularmente en La Muñeca, muestra el prototipo de lo que la sociedad espera de la mujer, sentadita en la mesa de luz. Fue muy fuerte cuando ella bailó esta obra y sobre el final seguía saludando y saludando, como nunca es suficiente lo que hace la muñeca, siempre se le exige un poco más. Iris ha sido una gran defensora de los derechos de la mujer, y en líneas generales de la libertad, a través de sus obras. No de manera obvia, claro, sino a través de símbolos, de una gran estilización. Y en la vida también tuvo esa coherencia: se hizo cargo plenamente de sus ideas, de sus elecciones.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Muestra de Danza Comunitaria en la Calle


Muestra del elenco de
Danza Comunitaria


“Bailarines Toda la Vida”
Obras: "La Oscuridad" e "Identidad"

"Grupo Expresión de Buenos Aires"
Obra: "De mano en mano"

Dirige: Aurelia Chillemi

Evento realizado el día
Sabado 30 de Octubre
19:30 a 22hs

Elenco conformado por vecinos, bailarines,
estudiantes de danza.
30 bailarines en escena,
música en vivo con Osvaldo Aguilar
compositor e intérprete.

Se invitó al público a participar!!!

* actividad libre y gratuita
* empanadas y bebidas



Lugar: Tolosa - La Plata
P
royecto que se inscribe como actividad de extensión
dentro de la cátedra de Danza Comunitaria
- IUNA
( Inst. Universitario Nacional de Arte, Artes del Movimiento)

Auspiciado por la Secretaria de Cultura,
Área de Voluntariado Social,

Municipalidad de La Plata.

jueves, 24 de septiembre de 2009

La danza, un arte para la transformación social


Instituto Universitario Nacional del Arte
Departamento de Artes del Movimiento

“Bailarines Toda la Vida” es un proyecto del IUNA que inaugura la danza comunitaria y que confirma que el arte siempre puede dar respuestas y convertirse en una herramienta para la inclusión. El taller coreográfico se instaló en una fábrica recuperada por sus trabajadores, donde funcionaba un centro cultural. Este ámbito no convencional habilita el acercamiento a la actividad, no desde el genio o la belleza en su concepción tradicional sino a partir de un vínculo creado desde la integración, que se intensifica al compartir experiencias con otros grupos de arte comunitario.





¿Es posible mejorar la calidad de vida de las personas por medio de la creatividad? La pregunta por el vínculo entre arte y sociedad es recurrente, sobre todo en una actualidad -globalizada y excluyente- constructora de realidades que vulneran las relaciones de cohesión entre las personas. En este contexto de crisis, el arte aparece como una herramienta apropiada para restaurar estos lazos, una respuesta para la transformación y la integración que se refleja en grupos de plástica, música o teatro comunitarios que ya cuentan con cierto recorrido, como colectivos artísticos en nuestro país.

Es en función de la potencialidad del arte en tanto instrumento para la inclusión que surge “Bailarines Toda la Vida”, un proyecto de extensión del IUNA que se propone reformular el imaginario social acerca de la danza como disciplina estética.

Dirigido por la profesora Aurelia Chillemi, el trabajo de “Bailarines Toda la Vida” como grupo de danza comunitaria es una alternativa a la danza académica, que propone una búsqueda amplia e inclusiva, tanto desde las instancias creativas como de la producción de cada obra. Esta perspectiva es novedosa porque inaugura la posibilidad de establecer una función social de la danza. “Bailarines Toda la Vida” es el primer y único elenco de danza comunitaria, que entiende al arte como una herramienta fundamental para el desarrollo social. “En mi opinión, la danza comunitaria es un fenómeno grupal que elige un camino diferente, parte de creaciones colectivas y aporta otra mirada al hecho estético. La interacción del grupo da lugar a producción de obras con fuerte sentido comunicacional y estético que responden a un contexto socio-cultural y espacio-temporal determinado”, señala Chillemi.

“Bailarines Toda la Vida” nace en el año 2002, en un escenario de crisis coyuntural. Como proyecto de extensión de Arte Comunitario, este taller coreográfico se instala en la fábrica Grissinópoli, un ámbito público no convencional desde el que establece vínculos con la comunidad. Aurelia Chillemi cuenta a InfoUniversidades que “Grissinópoli era un espacio muy significativo, se trataba de una fábrica recuperada por sus trabajadores; en ese momento se estaba legalizando la cooperativa de obreros y funcionaba el Centro Cultural Grissicultura. Allí, entre cuadros y esculturas, comenzó a funcionar el grupo”.

Como taller integrado y heterogéneo, está conformado por bailarines profesionales, estudiantes, niños, adolescentes, adultos y hasta adultos mayores de orígenes y clases sociales diversos. Para Chillemi “el intercambio generacional es maravilloso: se dan situaciones de soporte mutuo, todos comparten cosas y, en este contacto, cada uno se redescubre. Yo trabajé con la idea de taller integrado, pero con grupos cerrados. Al ser éste abierto a la comunidad creció de una manera impresionante, por lo que hubo que modificar la dinámica para llevarlo adelante, ya que siempre se incorpora gente. Para motivar a quienes están más o menos estables, es importante que sientan que forman parte, no de un elenco sino de un proyecto; esto les resulta muy movilizante porque se enraízan con lo que estamos llevando a cabo y, más allá de la producción de la obra o de su contenido, experimentan un vínculo de pertenencia”.

Grissinópoli, como espacio de trabajo no convencional, se conecta directamente con una historia de lucha y de restitución de los derechos, y determina en cierto modo la temática de las obras del elenco. “Es inevitable que nuestro trabajo tenga una temática dirigida a los Derechos Humanos. “La oscuridad” está dedicada a los desaparecidos durante la dictadura; “El baile” hace referencia a los ‘bailes’ a los que eran sometidos los conscriptos en el servicio militar; “La pluma al viento. Metáfora de una locura” es una historia sobre un ‘loquito’ de la calle; “Nuestros recuerdos” parte de la memoria de los integrantes del grupo y fue muy hermoso para ellos que sus propios recuerdos fueran interpretados en danza por otras personas”, añade Chillemi. El ejercicio de la memoria, individual o colectiva, se articula con la creatividad en cada una de estas obras que tienen un proceso de creación y producción grupal, convirtiendo al arte en herramienta de transformación.

Las posibilidades de la danza comunitaria son poco exploradas, a pesar de sus rasgos comunes con otras disciplinas que cuentan con una vasta trayectoria en el trabajo de esta articulación con la sociedad. El virtuosismo, asociado a la danza desde el imaginario social -cuerpos elásticos y ágiles que puedan reproducir elaboradas coreografías- es un factor que la hace autoexcluyente.

“Bailarines…” busca la ruptura con estos presupuestos desde una perspectiva amplia y de inserción. “Pareciera que el teatro tiene otras herramientas para poder funcionar de manera tan poco formalizada, mientras que la danza se basa en una complejidad que pasa por poner el cuerpo, recordar secuencias y situaciones coreográficas; más allá de que en las artes siempre hay una exigencia previa que está ligada con el talento, la danza plantea además la necesidad de un cuerpo determinado, una especie de doble exigencia. Romper con esta estructura y estas barreras no es sencillo pero, a pesar de eso, lo estamos haciendo y con mucha alegría”, concluye Aurelia Chillemi. Este enriquecedor intercambio de experiencias entre los integrantes del elenco les permite descubrir a sus propios cuerpos como instrumentos de expresión a través del movimiento.

En el 2007 la propuesta es acreditada por el Área de Investigación del Rectorado del IUNA, convirtiéndose en el eje del proyecto “El desarrollo de espacios comunitarios de creatividad a partir de talleres coreográficos de expresión corporal danza, en ámbitos no convencionales de la ciudad de Buenos Aires, y en su relación con la mejor calidad de vida de las personas”. “Nuestro proyecto se propone darle un marco de investigación y teórico a la actividad de “Bailarines Toda la Vida” utilizando la parte práctica, que es de por sí exitosa, para realizar observaciones y plantear la construcción de algún modelo, o indicadores que sirvan para replicar la dinámica del grupo de manera sistemática”, indica el licenciado Daniel Sánchez, director del proyecto de investigación.

“Bailarines Toda la Vida” funciona en la fábrica recuperada Grissinópoli, Charlone 55 (Chacarita). El taller es abierto y se ofrece en forma gratuita los viernes de 18.00 a 20.30hs. Se presentarán todos los viernes de junio a las 21 en el Centro Cultural Carlos Gardel (Olleros 3640) con entrada libre y gratuita.

Secretaría de Desarrollo y Vinculación Institucional
Betina Bróccoli
Prensa y Difusión
Instituto Universitario Nacional del Arte

Fuente: